La Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) que se implementará en España a partir de 2025 supone una reforma profunda tanto en su diseño como en sus criterios de evaluación. Esta transformación busca homogeneizar el sistema en todo el territorio nacional, reduciendo las desigualdades entre comunidades autónomas, y al mismo tiempo adaptarse a un modelo educativo más moderno, competencial y equitativo.
El nuevo enfoque pretende valorar no solo los conocimientos memorísticos del alumnado, sino también su capacidad para comprender, razonar, expresar ideas con claridad y resolver problemas de forma autónoma. Además, la estructura renovada de la PAU responde a las exigencias del sistema universitario actual y a las necesidades del mercado laboral, promoviendo una evaluación más justa, coherente y alineada con los principios de la LOMLOE (Ley Orgánica de Educación).
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